Cuando Alvarez descubrió lo divertido que era el mundo de los vinos desde adentro, empezó con un proyecto más formal de elaboración de vino en una tierra como Ensenada, donde este proceso se da de manera natural.
La primera cosecha con su propia uva fue en el 2009, pero desde el 2005 compraban fruta a Hugo D’Acosta para elaborar sus botellas.
En un terreno que compró en el 2001 y que plantó hasta el 2004 Alvarez apostó a su sueño, y definitivamente no se equivocó pues sus vinos llaman la atención entre quienes buscan creaciones novedosas en Baja California.
Su producción actualmente es de 10 barricas y espera duplicarla para el 2010 para poco a poco incrementarla hasta alcanzar un promedio de 2500 cajas de sus Alximias.
En un vino que denomina como auténtico, la fruta expresa su esencia con características autóctonas como el no uso de madera nueva para permitir que la uva sea quien domine en expresión.
Alvarez no corrige sus vinos, permite que muestren su esencia frutal, especiada o herbácea. Consíguelos en Ensenada y Tijuana en algunos restaurantes, así como en Vinísfera.
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