lunes, 28 de abril de 2008

Enologo Virtual

Bodeguero por internet
PAULA GIL
EFE

Para convertirse en bodeguero ya no hace falta invertir grandes sumas ni pasar largas horas al sol entre viñedos: una empresa californiana permite a cualquiera hacer su propio vino y observar todo el proceso a través de internet con sólo un par de clics de ratón. Crushpad, una joven compañía con sede en San Francisco, realiza vinos a medida para sus clientes, que pueden elegir desde la casta de la uva hasta el diseño de la etiqueta, pasando por el tiempo de crianza o el tipo de barrica. Si el cliente lo desea, puede desplazarse hasta San Francisco y participar en el proceso pero, si no, puede observar cómo fermenta su crianza tranquilamente desde casa a través de una cámara web e intercambiar mensajes diarios con los trabajadores de esta bodega virtual.

Entre 10 o 20 meses después de la vendimia –dependiendo de la casta y el tipo de vino- el vino está listo para ser embotellado y Crushpad lo envía a cualquier punto del planeta.

"Ya tenemos unos 3.000 clientes", dijo a Efe Hayden Moulds, portavoz de Crushpad. "La mayoría son de Estados Unidos, pero tenemos encargos de otros ocho países, entre ellos México".

La firma duplica su producción cada año y recientemente ha tenido que trasladarse a una nueva nave de 2.500 metros cuadrados. Ya tiene una filial en Japón y proyecta abrir próximamente otras en Seattle y Nueva York. "Actualmente estamos estableciendo contactos para montar instalaciones en Borgoña", señaló la portavoz.

Michael Brill, fundador de Crushpad, es un amante del vino que empezó a hacer sus propias elaboraciones de pinot noir y syrah en el pequeño jardín de su casa en San Francisco.

"Cada vez más vecinos se mostraban intrigados y se ofrecían a trabajar con él voluntariamente", explicó Moulds. "El interés de la gente en el proceso de elaboración del vino le animó a dejar su trabajo en una empresa tecnológica y a fundar Crushpad en 2004".

Cada cliente debe comprometerse a encargar al menos una barrica, que equivale a unas 300 botellas y que, dependiendo de la calidad de la uva, cuesta entre 4.500 y 11.900 dólares.

Las castas más demandadas son pinot noir y cabernet sauvignon, pero Crushpad ofrece otros muchos tipos de uva de 40 regiones diferentes, generalmente californianas.

"La mayoría de nuestros clientes encarga vino para consumo propio pero también tenemos algunos que se han convertido en bodegueros profesionales y revenden sus caldos", dijo Moulds.

Para aquellos a los que el precio les siga pareciendo demasiado elevado, Crushpad ha creado un foro en internet en el que los interesados pueden ponerse de acuerdo para compartir barricas y acceder al sueño de convertirse en bodeguero sin arruinarse.

Y a los que han llegado demasiado tarde a la vendimia de este año pero no quieren prescindir de su vino, Crushpad ofrece la posibilidad de "adoptar" una barrica de uva ya fermentada y participar en todas las decisiones restantes, como la maduración o el etiquetado.

El precio de la barrica "adoptada" no supera los 9.600 dólares, "mucho más barato que criar un nuevo hijo y, encima, no te contesta", bromean en Crushpad.

lunes, 21 de abril de 2008

Escandalo de Chaptalizacion Ilegal en Francia

Escándalo de chaptalización ilegal
ANGELIQUE CHRISAFIS
THE GUARDIAN/EL MUNDO

Sus tintos afrutados fueron antaño tan apreciados por los consumidores británicos que, cada mes de noviembre, una multitud de ellos se precipitaba sobre Francia para adquirir las nuevas botellas. Pero ahora el beaujolais, además de estar sufriendo la caída de ventas, se ha visto golpeado por el escándalo al investigar la policía la adición ilegal de azúcar por parte de los productores para mejorar ciertos vinos. Cuatro personas han sido detenidas y puestas en libertad bajo fianza ante la sospecha de que pertenecen a una red que realiza estas prácticas. Más de 60 productores podrían ser interrogados al entrar el nuevo año.

La policía cree que entre 2004 y 2006 ciertos productores de beaujolais compraron ilegalmente más de 600 toneladas de azúcar para incrementar los niveles de alcohol. El azúcar era adquirido por intermediarios en supermercados nada más cruzar la frontera de la región, sin firmar facturas para no dejar rastro de la transacción, y luego vendido a los productores. Este comercio puede haber sido práctica habitual durante los últimos diez años.

Añadir azúcar para disparar los niveles de alcohol en ciertos vinos baratos es un método que lleva mucho tiempo empleándose en climas septentrionales que carecen del sol necesario para desarrollar una cantidad suficiente de azúcares naturales. Pero la práctica está estrictamente regulada y sobrepasar los límites constituye un acto ilegal.

El grupo Inter Beaujolais, que representa a los productores de la zona, emitió esta semana un comunicado “condenando muy firmemente estas prácticas ilegales”. La declaración deploraba “el pésimo impacto que dichas prácticas podrían ejercer en la imagen de la región y sus vinos”.

El beaujolais ya está haciendo frente a las acusaciones que se le hacen de producir como churros vinos baratos y peleones. Pese al gran mercado que tiene el 'eaujolais nouveau'en Japón, las ventas están cayendo a nivel mundial. El mes pasado, durante la presentación de la nueva añada del beaujolais nouveau, los productores instaron a boicotear a los supermercados franceses que venden estos vinos por apenas un euro y medio la botella.

El ministro francés de Agricultura, Michel Barnier, ha mostrado su oposición a puntos clave de un plan europeo de reforma del vino que pretende ayudar a los bodegueros en apuros a competir con los del Nuevo Mundo y limitar la sobreproducción de la UE.

lunes, 14 de abril de 2008

Decanter y los Chefs Famosos

"Ególatras que maltratan el vino"
ELMUNDOVINO

Coincidiendo con la llegada a las librerías de la última Guía Michelín de Gran Bretaña e Irlanda, el director de la revista 'Decanter', Guy Woodward, ha arremetido contra los cocineros de elite de su país, calificándolos de "ególatras interesados" que ponen su propia carrera por encima de las necesidades de sus clientes. En el mismo número, la columnista Fiona Beckett critica a los famosos 'chefs' mediáticos por sus pretensiones cada vez mayores, que no hacen justicia a los consumidores, particularmente a los amantes del vino. "El tipo de cocina que te dan en el típico restaurante de tres estrellas Michelín se ha hecho tan refinado y complicado, lleno de platos tan presuntuosos que a un vino decente le resulta difícil recibir algo de atención", escribe.

Guy Woodward. Woodward la apoya en su editorial: "El que a los cocineros no les preocupe el vino no es nada nuevo; pese a que están encantados de sacar un 40% de sus ingresos de la venta de vino, pocos chefs entienden de él", acusa. "Pero si los cocineros van a invertir todas sus energías en crear platos alucinantes de intrincada complejidad, ¿no deberían tener suficiente confianza para subir los precios, en vez de obligar a los amantes del vino a correr con los gastos de su vanidad?"

Los críticos "ensoberbecidos" son objeto de la ira de Woodward. "En muchos casos, los críticos culinarios son igual de ególatras, acompañando sus críticas 'anónimas' de su propia foto junto a su firma y aspirando a hacer carrera en la televisión antes que a aprender las cualidades básicas que hacen falta para llevar a cabo su trabajo; por ejemplo, ser capaz de valorar una lista de vinos. ¿El propósito de los críticos no es reproducir la experiencia que un lector ordinario puede esperar que le depare un restaurante? Eso no va a ocurrir nunca si todo el personal conoce tu cara".

Tras varios años hinchando la lista de restaurantes estrellados en Gran Bretaña, la Michelin ha echado esta vez el freno: no hay ningún nuevo 'tres estrellas' ni 'dos estrellas' en el país, lo cual ha decepcionado mucho a un público que se toma muy en serio la pequeña guía roja desde que empezó a ser una de las responsables de que se considere a Gran Bretaña, y en paricular a Londres, como una nueva meca gastronómica tras muchos decenios de desprecio.

lunes, 7 de abril de 2008

La Union de la Musica y el Vino

Hendrix = cabernet, ópera = syrah
AFP

La música puede influir sobre el sabor del vino, de acuerdo con un nuevo estudio que se publicó el 14 de mayo y que sugiere qué canciones van bien con qué tipos de vino. El estudio, realizado por psicólogos de una universidad británica, apunta que el rock potente de artistas como Jimi Hendrix o los Rolling Stones es un buen acompañamiento para un cabernet sauvignon, en tanto que los aficionados a la ópera podrían preferir un syrah de 2006. La investigación, hecha en colaboración con un productor de vino chileno, indica que las distintas clases de música estimulan diferentes partes del cerebro y nos preparan para degustar los vinos de un modo que se corresponda con esa sensación.

Por ejemplo, cuando se escucha una obra de música potente como 'Carmina Burana', un cabernet sauvignon se percibe como si tuviera un 60% más de fuerza, sabor y robustez que si no hay música puesta. "Ésta es la primera vez que se ha demostrado científicamente que la música puede afectar a la percepción de otros sentidos y modificar el sabor del vino", dice el profesor Adrian North, de la Universidad Heriot Watt de Edinburgo.

La idea del estudio surgió del productor chileno Aurelio Montes, que pone cantos gregorianos a sus vinos durante su crianza en barrica, pues sostiene que las suaves vibraciones mejoran la calidad del vino. "Me intrigó el planteamiento de Montes… y me apetecía explorar si la música realmente puede influir en el sabor de sus vinos", explica North, director del departamento de Psicología Aplicada en Heriot Watt. David Williams, director de la revista 'Wine and Spirit', manifiesta: "Me encanta la idea de que la música tenga un efecto tan enorme sobre el modo en que saboreamos el vino, y me encanta la idea de que los profesionales del negocio puedan hacer uso de esta información. Puede que empecemos a ver cómo las ofertas de dos por uno son sustituidas por regalos de piezas de Mozart, y quizá un día haya incluso cartas musicales en los restaurantes con estrellas Michelin".

Los investigadores enumeran una serie de canciones o piezas musicales que irían bien con diversos tipos de vino:

- Cabernet sauvignon : "All Along the Watchtower", de Jimi Hendrix; "Honky Tonk Women", de los Rolling Stones; "Live and Let Die", de Paul McCartney; "Won´t Get Fooled Again", de The Who.

- Chardonnay : "Atomic", de Blondie; "Rock DJ", de Robbie Williams; "What´s Love Got to do With It", de Tina Turner; "Spinning Around", de Kylie Minogue.

- Syrah : "Nessun Dorma", de Puccini, cantada por Luciano Pavarotti; "Orinoco Flow", de Enya; "Carros de Fuego", de Vangelis; el "Canon" de Johann Pachelbel.

- Merlot : "Sitting On The Dock Of The Bay", de Otis Redding; "Easy", de Lionel Ritchie; "Over The Rainbow", de Eva Cassidy; "Heartbeats", de José González.