Año a año la recogida de uva a máquina gana terreno a la manual en los viñedos riojanos, tanto que en la próxima década las grandes máquinas vendimiadoras serán el método principal, prácticamente único, de recogida de los frutos de la vid en la Denominación de Origen Calificada Rioja.
Así lo cree José María Ruiz, un empresario riojano que desde hace cuatro años se dedica a recorrer parcelas riojanas con sus vendimiadoras y que en este tiempo ha visto como cada año son más las hectáreas plantadas en espaldera, el sistema que permite la entrada de estas grandes máquinas.
En su opinión, tal y como ha ocurrido en el sur de Francia, todas las viñas que se planten en el futuro lo harán con este sistema, que también favorece la concentración de grandes extensiones de vid, algo muy diferente a las tradicionales pequeñas viñas riojanas.
No obstante, admite que las "viñas viejas", muchas de ellas de reducidas dimensiones, seguirán recogiéndose a mano, incluso en pequeñas cajas, siempre y cuando se destinen a elaborar vinos selectos y de un coste elevado.
Porque uno de los motivos principales por los que la vendimia a máquina gana terreno es el económico: una vendimiadora puede hacer un día el trabajo de veinte personas, que, junto a sus salarios, deben ser aseguradas y tener en regla su documentación, en el caso de los temporeros extranjeros.
"La vendimia mecanizada no tiene ninguna incidencia en la calidad del vino si el transporte se hace bien, justo después de recoger la uva", aclara Ruiz, quien recuerda que esta es la principal crítica que hacen desde hace años sus detractores a este tipo de recogida.
"Las primeras máquinas eran peores y recogían hojas y ramas, además de uva, lo que dificultaba el proceso en las bodegas, que no estaban preparadas para ello. Por eso se rechazaba a las máquinas, no por la calidad, sino porque daban problemas, pero ahora todo es diferente, las máquinas son más avanzadas, más limpias", afirma.
Por ello cree que en la DOC Rioja ocurrirá "igual que en el sur de Francia" donde "antes había viñas plantadas en vaso -la forma tradicional- y en espaldera y ahora ya no quedan de las primeras y creo que eso es lo que va a pasar aquí en unos diez años", afirma.
La vendimia a máquina "también conlleva un gran trabajo", dado que las jornadas pueden prolongarse durante todo el día "y hay parcelas que, por cuestiones de temperatura, se vendimian de madrugada y en pocos días", explica.
"Además, se trata de una gran inversión", más de 150.000 euros cada máquina, "y para rentabilizarlas hay que hacer muchas horas", explica.
En cualquier caso, el rendimiento de estas grandes máquinas está más que demostrado, ya que en un día pueden cubrir entre cinco y diez hectáreas de viña -entre 30.000 y 60.000 kilos de uva-, algo impensable para una cuadrilla de temporeros que, además, tendría un coste superior.
"Es el futuro, no es cuestión de si gusta más o menos, sino del avance de los tiempos y de cómo se plantea este negocio. Esto ya no es lo mismo que hace diez años y dentro de otros tantos se parecerá poco a lo de ahora", pronostica. EFE.
Así lo cree José María Ruiz, un empresario riojano que desde hace cuatro años se dedica a recorrer parcelas riojanas con sus vendimiadoras y que en este tiempo ha visto como cada año son más las hectáreas plantadas en espaldera, el sistema que permite la entrada de estas grandes máquinas.
En su opinión, tal y como ha ocurrido en el sur de Francia, todas las viñas que se planten en el futuro lo harán con este sistema, que también favorece la concentración de grandes extensiones de vid, algo muy diferente a las tradicionales pequeñas viñas riojanas.
No obstante, admite que las "viñas viejas", muchas de ellas de reducidas dimensiones, seguirán recogiéndose a mano, incluso en pequeñas cajas, siempre y cuando se destinen a elaborar vinos selectos y de un coste elevado.
Porque uno de los motivos principales por los que la vendimia a máquina gana terreno es el económico: una vendimiadora puede hacer un día el trabajo de veinte personas, que, junto a sus salarios, deben ser aseguradas y tener en regla su documentación, en el caso de los temporeros extranjeros.
"La vendimia mecanizada no tiene ninguna incidencia en la calidad del vino si el transporte se hace bien, justo después de recoger la uva", aclara Ruiz, quien recuerda que esta es la principal crítica que hacen desde hace años sus detractores a este tipo de recogida.
"Las primeras máquinas eran peores y recogían hojas y ramas, además de uva, lo que dificultaba el proceso en las bodegas, que no estaban preparadas para ello. Por eso se rechazaba a las máquinas, no por la calidad, sino porque daban problemas, pero ahora todo es diferente, las máquinas son más avanzadas, más limpias", afirma.
Por ello cree que en la DOC Rioja ocurrirá "igual que en el sur de Francia" donde "antes había viñas plantadas en vaso -la forma tradicional- y en espaldera y ahora ya no quedan de las primeras y creo que eso es lo que va a pasar aquí en unos diez años", afirma.
La vendimia a máquina "también conlleva un gran trabajo", dado que las jornadas pueden prolongarse durante todo el día "y hay parcelas que, por cuestiones de temperatura, se vendimian de madrugada y en pocos días", explica.
"Además, se trata de una gran inversión", más de 150.000 euros cada máquina, "y para rentabilizarlas hay que hacer muchas horas", explica.
En cualquier caso, el rendimiento de estas grandes máquinas está más que demostrado, ya que en un día pueden cubrir entre cinco y diez hectáreas de viña -entre 30.000 y 60.000 kilos de uva-, algo impensable para una cuadrilla de temporeros que, además, tendría un coste superior.
"Es el futuro, no es cuestión de si gusta más o menos, sino del avance de los tiempos y de cómo se plantea este negocio. Esto ya no es lo mismo que hace diez años y dentro de otros tantos se parecerá poco a lo de ahora", pronostica. EFE.
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