jueves, 18 de febrero de 2010

Vinícola Torres Alegre, un proyecto hecho en familia


Su formación en agronomía, abrió los ojos de Victor Manuel Torres Alegre al mundo enológico, cuando en un viaje de estudios tuvo la oportunidad de conocer viñedos y probar algunos vinos.

Luego de trabajar en México por algunos años aplicó para una beca de estudios en Francia y fue allí donde pudo hacer estudios de enología en Burdeos, para regresar de lleno a trabajar en Baja California, primero con Formex Ibarra, de donde fue llamado por Chateau Camou para desarrollar parte de la vinícola y posteriormente dirigir la empresa.
Después de unos años Barón Balché le solicita asesoría, pero para esas fechas Torres Alegre ya había adquirido un terreno y plantado algo de uva.

Fue en el 2001 que Torres Alegre y familia se lanza con el vino Llave Tinta, y en el 2002 sale al mercado Llave Blanca, nombres que surgen de la inspiración de una de las obras del hijo de Víctor Manuel que muestra una llave de agua.

En el 2004 desarrollan la línea Cru Garage, la cual surge de la idea de Víctor de mostrar que si bien no tenía la vinícola establecida físicamente, con su creatividad y conocimiento elaboraba vinos de calidad.

En esta línea su familia también se vincula, con el trabajo artístico de su hijo y otros amigos que elaboraron la etiqueta, además del aporte de su hija que creó cuentos para acompañar cada botella con narraciones e historias.
Fue el año pasado cuando Víctor dejó de lado otros proyectos para dedicarse de tiempo completo a su vinícola, a promover sus vinos y a la construcción de las instalaciones que está por finalizar.

Sin embargo su trabajo no se ha limitado, Víctor ha buscado hacer un cambio en la enología que se aplica en México con procedimientos distintos como la maceración con sólidos de los vinos blancos para que tome aromas frutales.

Además no modifica la acidez, y fermenta a 18 grados gracias a la experiencia que le dio su estancia en Burdeos.

Para los tintos aplica la maceración pre fermentaria en frio para dar al vino aromas frutales que no se pierden durante toda su vida, además de maceraciones de 45 a 60 días, y la microoxigenación para suavizar taninos.

Tanto los blancos como los tintos han dado a Víctor muchas satisfacciones, sin embargo son los primeros los que han dado más nombre a este enólogo, además de la apertura de nuevos puntos de distribución de sus botellas.

Sin embargo Víctor sigue incursionando en proyectos y vinos que anteriormente no había elaborado, como un blanco con 11 años en barrica que aún no ha sacado a la venta, el cual lleva por nombre Llave del Tiempo y que cuenta con tan sólo 25 cajas.

Además está elaborando oporto llamado Llave del Puerto y un nuevo vino con 6 varietales de nombre Viko que busca ofrecer una botella de precio más accesible y con las mismas características de producción, el cual surge por sugerencia de unos de sus hijos.

El Viko ha funcionado muy bien en distintas ciudades del País por ser fácil de beber pero con buena estructura.
Torres Alegre ha reunido en sus paredes el talento de cada miembro de la familia, no sólo sus hijos aportan sino que su esposa lo apoya en el área comercial para que Víctor pueda dedicarse a lo que realmente lo apasiona que es la producción.

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