Entre barricas: Viñas Pijoan

Como una vinícola pequeña y de carácter familiar se describen en su sitio de internet los creadores de Pijoan, sin embargo, este proyecto que surge en Baja California esconde el deseo de Pau Pijoan por buscar una nueva forma de vida lejos de las jornadas laborales en oficinas, los proyectos, y los estudios.

Aqui en Pijoan, el trabajo es otro, el contacto con la tierra, las viñas y el vino le han permitido adentrarse en un mundo del que difícilmente puede pensar en salirse, ya que lo apasiona tanto que lo ha mantenido conquistado desde 2002, cuando inició la producción de vino en la cochera de casa de su suegra con no más de 7 barricas y apenas una producción que alcanzaba las 300 cajas.

De allí se trasladó a su rancho de dos hectáreas que todavía no estaba listo para albergar la producción, pero esto le permitió estar cerca de los viñedos de los que se proveía de uva e inició un crecimiento constante hasta este 2009, año que puso a prueba a muchos emprendedores, entre ellos Pijoan.

El 95 por ciento de la fruta que usa en sus vinos la compra a productores de la región que le surten blancas como chenin blanc, sauvignon blanc, viogner y moscatel; en tintas encierra en sus botellas la expresión del zinfandel, merlot, petit syrah, grenache y rubí cabernet.

Esta última cepa es la reina de su más reciente creación: Convertible Rojo, un nombre que representa para muchos hombres su sueño dorado, y que eso es para Pijoan.

Cuando se le cuestiona la razón de este vino no duda en mencionar que en lugar de buscar un cambio en su vida personal, comprándose un convertible rojo y sentando a su lago a una mujer rubia despampanante que seguramente se iría con otro más joven en un futuro, decidió hacer vino y no se arrepiente.

Para suavizar el potencial de la rubí cabernet usa barbera y colombard blanca molida en conjunto que contrario a lo que muchos piensan resalta más su color tinto y enriquece este vino con la fruta que puede faltarle al rubí cabernet.

El Convertible Rojo de Pijoan es un vino sin pretenciones, idea que mantiene también para su bodega por la filosofía de representar en sus vinos los paisajes y esencia de la región vinícola de Baja California en donde predomina el respeto por la tierra y el cuidado de sus frutos.

En la actualidad la producción de Pijoan no supera las 2000 cajas, y Pau no piensa en ampliarla a más de 3 mil para quitarse el estrés de tener que vender de más, pues su verdadero disfrute está en la bodega, el campo y el trabajo de elaboración del producto de la uva.

En la actualidad su hija Paulina también se dejó conquistar por este mundo del vino, y aunque no tiene claro cuanto tiempo durará dentro de las viñas, Pau ve en ella la forma de trascender en lo que ahora se ha convertido en su pasión y estilo de vida.

Si bien sus uvas no son aún producidas por viñas propias, los Pijoan vigilan de cerca todo el cuidado que se le da en el viñedo, así como el grado de madurez de la fruta al momento de la pizca.

Su principal mercado se encuentra en la ciudad de México, sin embargo esperan exportar pronto y abrir nuevas oportunidades en ciudades donde existan soñadores como Pijoan que estén en la búsquede de ese anhelado convertible rojo.