jueves, 29 de octubre de 2009

Jueves 29 de Octubre | Personajes del Vino | José Luis Durand


Un enamorado de Baja California y de la elaboración de vinos muestran a un Jose Luis Durand completamente entregado al proyecto del vino mexicano expresado en sus botellas.

Si bien sus inicios se dieron en la Casa Domecq, sin duda los grandes volúmenes de producción le permitieron ver que su vocación estaba enfocada a cantidades más pequeñas que permitiera plasmar la diversidad de los vinos mexicanos y la forma de expresarse en las distintas bodegas.

Este enólogo de origen chileno, tiene un trabajo profundo, con sentido, pues en la forma en la que se expresa de sus vinos se puede percibir que ve en ellos no sólo una forma de vida sino un matrimonio que ha hecho con la tierra y la uva.

El mismo enólogo define sus vinos como un producto mágico, que puede expresar su origen de manera sensible y franca, no sólo en la manifestación de la tierra, sino en su clima, y las manos que lo cuidan y aplican todos sus conocimientos para sacarle el mejor partido.

Su objetivo ha sido otorgar al vino una personalidad sin escatimar en costos, tiempo y esfuerzo, enfocándose a la calidad casi de manera obsesiva para manifestar en sus botellas la felicidad que le produce hacer lo que más le gusta.

Su producción limitada es prácticamente una de sus reglas, pues de esa manera dirige el vino específicamente a sus seguidores por el estilo que maneja en cada una de sus marcas.

Dentro de sus vinos, Icaro es uno de los más emblemáticos, pero además se encuentra Mirlo, Eqqua, Otello, Enzo, todos ellos con un toque de personalidad aportado por la tierra bajacaliforniana.

Y es que con las bodegas pequeñas, Durand ha encontrado su verdadero lugar en la enología, en un trabajo que lo hace feliz y le permite hacer lo que verdaderamente le apasiona, plasmar el sentir de las pequeñas viñas.

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