No sólo como consumidores sino también como hacedores de buenos caldos, la mujer avanza en el mundo del vino aportando sus cualidades intrínsecas (sensibilidad, buen gusto) para avanzar en un ámbito hasta ahora dominado por el trabajo del hombre. Esta nota generada en España (Hola.com) nos da cuenta de la presencia de muchs feminas en la actividad. Si usted conoce otros casos en otras latitudes puede escribirnos y lo publicamos.
La historia de la viticultura es más antigua que la de la era cristiana; sin embargo, hasta hace muy poco parecía que el vino era sólo un asunto de hombres. Los bodegueros y enólogos apenas aceptaban que una mujer visitara las bodegas –ni qué decir que trabajara en ellas– debido a supersticiones sin sentido: se suponía que la presencia de una mujer con el período perjudicaba la evolución de los vinos.
Pero no hacía falta desplazarse a una bodega para observar la discriminación: en un restaurante, la carta de vinos siempre se entregaba a los hombres –aún hoy hay locales donde pervive esta retrógrada costumbre– y la botella elegida siempre se daba a catar a los caballeros, aunque fuera una fémina la responsable de la elección.
Cecile Bonnefond - Gran Dama del champagne. Ver nota anterior
Por suerte, las cosas están cambiando. Hoy las mujeres ocupan un lugar en el mundo del vino: tanto desde el punto de vista profesional (cada vez hay más enólogas, mujeres sumiller...) como del aficionado. Tanto es así que incluso ya existen clubes que organizan catas de vino exclusivamente para mujeres, caso por ejemplo, del recién nacido ‘Beauty & Wine’.
Asimismo, los expertos en marketing y publicidad no olvidan que las mujeres son las responsables del 80% de las decisiones en el consumo de alimentos. De ahí que representen un público objetivo tan importante, sobre todo en aquellos países donde el consumo de vino entre el sector femenino es un fenómeno cada vez más importante. En Gran Bretaña, por ejemplo, las mujeres consumen más vino que los hombres. Y en Japón, el vino está considerado una bebida femenina, en oposición al sake o al cognac. Esto no significa que existan ‘vinos femeninos’, como muchos quieren hacer creer: no hay nada más sexista y falso que presentar los rosados y blancos dulzones como vinos para el consumo femenino.
Para rebatir esta idea, no hay más que echar un vistazo a los vinos elaborados hoy día por mujeres, cada vez más numerosos. Y es que, aunque es cierto que la presencia femenina en el mundo de vino no es algo nuevo (ahí están, sin ir más lejos, figuras tan destacadas como la viuda Clicquot o Madame Pommery, en la zona vinícola de Champagne) es cierto que hoy por hoy el desembarco femenino en el universo de la vid es mucho más importante. Como ejemplo, te proponemos estos vinos firmados por grandes viticultoras:
-Dido Blanco 2007 (Bodegas Venus La Universal, en Cataluña):
Al frente de la bodega, Sara Pérez, hija del eminente enólogo catalán José Luis Pérez, del Priorato.
-Garnacha de Fuego 2007 (Bodegas Ateca, en Aragón):
La australiana Sarah Morris es la enóloga de estas bodegas, que han redescubierto el potencial de las viejas garnachas aragonesas en Calatayud.
-Three Cape Ladies 2003 (Bodegas Warwick Estate, en Sudáfrica):
La eminente enóloga Norma Ratcliffe es la responsable de los vinos de la casa sudafricana Warwick.
La historia de la viticultura es más antigua que la de la era cristiana; sin embargo, hasta hace muy poco parecía que el vino era sólo un asunto de hombres. Los bodegueros y enólogos apenas aceptaban que una mujer visitara las bodegas –ni qué decir que trabajara en ellas– debido a supersticiones sin sentido: se suponía que la presencia de una mujer con el período perjudicaba la evolución de los vinos.
Pero no hacía falta desplazarse a una bodega para observar la discriminación: en un restaurante, la carta de vinos siempre se entregaba a los hombres –aún hoy hay locales donde pervive esta retrógrada costumbre– y la botella elegida siempre se daba a catar a los caballeros, aunque fuera una fémina la responsable de la elección.
Cecile Bonnefond - Gran Dama del champagne. Ver nota anterior
Por suerte, las cosas están cambiando. Hoy las mujeres ocupan un lugar en el mundo del vino: tanto desde el punto de vista profesional (cada vez hay más enólogas, mujeres sumiller...) como del aficionado. Tanto es así que incluso ya existen clubes que organizan catas de vino exclusivamente para mujeres, caso por ejemplo, del recién nacido ‘Beauty & Wine’.
Asimismo, los expertos en marketing y publicidad no olvidan que las mujeres son las responsables del 80% de las decisiones en el consumo de alimentos. De ahí que representen un público objetivo tan importante, sobre todo en aquellos países donde el consumo de vino entre el sector femenino es un fenómeno cada vez más importante. En Gran Bretaña, por ejemplo, las mujeres consumen más vino que los hombres. Y en Japón, el vino está considerado una bebida femenina, en oposición al sake o al cognac. Esto no significa que existan ‘vinos femeninos’, como muchos quieren hacer creer: no hay nada más sexista y falso que presentar los rosados y blancos dulzones como vinos para el consumo femenino.
Para rebatir esta idea, no hay más que echar un vistazo a los vinos elaborados hoy día por mujeres, cada vez más numerosos. Y es que, aunque es cierto que la presencia femenina en el mundo de vino no es algo nuevo (ahí están, sin ir más lejos, figuras tan destacadas como la viuda Clicquot o Madame Pommery, en la zona vinícola de Champagne) es cierto que hoy por hoy el desembarco femenino en el universo de la vid es mucho más importante. Como ejemplo, te proponemos estos vinos firmados por grandes viticultoras:
-Dido Blanco 2007 (Bodegas Venus La Universal, en Cataluña):
Al frente de la bodega, Sara Pérez, hija del eminente enólogo catalán José Luis Pérez, del Priorato.
-Garnacha de Fuego 2007 (Bodegas Ateca, en Aragón):
La australiana Sarah Morris es la enóloga de estas bodegas, que han redescubierto el potencial de las viejas garnachas aragonesas en Calatayud.
-Three Cape Ladies 2003 (Bodegas Warwick Estate, en Sudáfrica):
La eminente enóloga Norma Ratcliffe es la responsable de los vinos de la casa sudafricana Warwick.
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