miércoles, 30 de diciembre de 2009

¡Un buen brindis para el nuevo año!


El fin del 2009 es una buena excusa para disfrutar de buenos espumosos que se adecuan a todos los gustos y presupuestos, este producto que cuenta con denominación de origen de la región de Champaña en Francia se encuentra también en otros países, y aunque no recibe el mismo nombre tiene las mismas características y método de elaboración.

La champaña inicia su proceso con la elaboración de un vino blanco de varias cepas fermentadas de forma separada, generalmente en acero inoxidable y a bajas temperaturas, dando como resultado un vino blanco normal, de baja graduación y frutal; para luego integrar las distintas cepas fermentadas en un proceso llamado ensamblaje.
Posteriormente se embotella añadiendo un poco de azúcar y levadura mezclada con el vino y se procede a tapar la botella con una corcholata que generará una nueva fermentación en la bebida que produce un poco más de alcohol para alcanzar la graduación estipulada para la champaña y otros espumosos que oscila entre los 12 y 13 grados.

Sin embargo, el proceso también genera dióxido de carbono que al quedar en el interior de la botella cerrada se integra al vino y aporta las famosas burbujas a los espumosos que al destaparse y desprenderse el dióxido se puede ver la efervescencia del vino.

Luego de este proceso se realiza la extracción de las levaduras que se acumulan en el fondo de la botella y que deben ser retiradas con un proceso en el que se giran las botellas con el pico acomodado hacia abajo para que la levadura se estanque y posteriormente se congele con una solución fría.

En este poco de vino espumoso congelado queda atrapada la levadura y al quitar la corcholata sale a presión el trozo de hielo, se rellena de nuevo con vino el espacio que dejó libre el hielo, el cual puede hacerse con una champaña sin azúcar para conseguir una brut o seca, o bien, añadir un poco más de azúcar para lograr un espumosos demi sec o más dulce.

Es en ese momento donde se pone el corcho definitivo y se deja la botella lista para llevarse a túneles ubicados bajo tierra con una temperatura estable entre los 15 y 16 grados para que se genere el proceso de añejamiento que dura un mínimo de dos o tres años. Finalmente el espumoso estará listo para disfrutar en fiestas como la que se aproxima.

Dentro de los vinos espumosos no sólo se cuenta la champaña de Francia, los cavas de España, los astis y procesos de Italia y el sekt de Alemania son los más conocidos. Todos estos espumosos son ideales para brindar en este fin de año, y además acompañar las cenas con una botella.

Y es que la champaña o el vino espumoso puede acompañar cualquier tipo de platillos hasta un buen postre, sólo cuidando la temperatura de la botella que debe estar entre los 6 y 7 grados centígrados, sirviéndose en copas tipo flauta con no más de tres cuartas partes de la copa para apreciar las burbujas.

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